martes, 15 de septiembre de 2015

Vyr y los videntes

Se dice que los videntes son personas nacidas bajo la bendición de Vyr, dios y guardián del tiempo. Su mayor característica es la heterocromía de sus ojos, la cual siempre se ha considerado una maldición de los dioses para marcar a los videntes. Dicha heterocromía se explica en una leyenda antigua conocida por muchos en todos los reinos e imperios.

"Vyr se hallaba en la enorme sala del tiempo, en el centro del panteón divino, observando su pasar lento y asegurándose de que seguía el ritmo marcado por el destino, guardando que todo sucediera tal y como estaba escrito. Su misión, proteger y preservar el tiempo, se vería interrumpida al encontrar en un futuro cercano un acontecimiento atroz. Su mujer, Agnea, de quien esperaba un hijo, daría a luz un varón con una deformidad en sus ojos: Cada uno tendría un color distinto al otro.

Para evitarlo, apuñaló el vientre de su esposa en repetidas ocasiones, asegurando la muerte del retoño en su interior. Cuando los dioses supieron de aquello, inmediatamente tomaron cartas en el asunto. Vyr había alterado el destino, incumpliendo su cometido. A causa de ello, los dioses decidieron que todos aquellos niños nacidos bajo el manto de su bendición serían marcados con la misma deformidad en sus ojos que el hijo al que había asesinado y que jamás podría nacer. Además, recibirían la maldición de poder ver el futuro, pero serían incapaces de hacer nada para cambiarlo."

A raiz de esta leyenda, ningún vidente se atreve a alterar el destino de las personas por temor a un castigo divino mayor. Algunos consideran como su máxima que el destino es intocable; sin importar lo que ocurra en el futuro, por muy grave que sea, lo que está escrito debe cumplirse.

Los videntes tienen sus visiones cuando se hallan en entornos cercanos al hecho donde ocurrirá. Es por ello por lo que se piensa que ellos atraen las desgracias cuando algo malo ocurre y hay un vidente cerca. Por esa misma razón no suelen ser bien recibidos, sobretodo en las aldeas más pequeñas. También son capaces de ver hechos lejanos pero de gran importancia, como puede ser la declaración de una guerra donde hay miles de vidas en peligro o la proclamación de un nuevo rey. Por culpa de eso, consideran que el don de la videncia es una maldición de los dioses, pues ven aldeas arrasadas y montañas de cadáveres pero son incapaces de cambiar nada.

Se rumorea que las visiones son gracias a uno de sus ojos, normalmente el más claro o el que tiene el color más inusual, ya que se han avistado a varios videntes con un ojo tapado. Pero ese hecho aun no se ha podido corroborar. Aunque algunos sí han tenido menos visiones al tener el ojo tapado, también se puede tratar de una mera coincidencia al no ocurrir nada reseñable en ese lugar. El verdadero motivo de ocultar su ojo es para que las personas no se asusten de ellos.

Aunque sus visiones ocurran de manera involuntaria e imprevista, también son capaces de buscar en la línea temporal cualquier acontecimiento futuro que quieran ver.

lunes, 14 de septiembre de 2015

Personajes principales

Esta entrada irá actualizándose conforme de vayan conociendo nuevos detalles de los personajes o aparezcan personajes nuevos.

Celadias: Protagonista y narrador de "El precio de la libertad". Huérfano desde que apenas era un bebé, la única familia que ha conocido es una mujer de mediana edad y su hijo Kestix. Siempre ha sido un joven talentoso con la espada, lo que le ha conseguido la confianza de sus superiores en muy poco tiempo al entrar en el ejército. Su sueño desde siempre ha sido ser un caballero de renombre en el imperio para poder cuidar y proteger a todos sus seres queridos.

Kestix: Hermanastro de Celadias. Siempre se han llevado bien y se han tratado como dos hermanos, sin importarles que no tuvieran la misma sangre. Él también quería entrar en el ejército, pero nunca tuvo el valor suficiente de entrenar con Celadias y sus amigos. Además, siempre ha tenido miedo de la guerra. Nunca conoció a su padre.

Artrio: Un joven misterioso y enigmático. Pocos saben qué es lo que ronda por su cabeza. Desde bastante joven siempre ha hablado de viajar y conocer nuevas tierras, y sus constantes desapariciones, algunas más prolongadas que otras, hacen pensar que su sueño se ha ido cumpliendo poco a poco. Su padre fue un antiguo soldado de Arstacia al que retiraron de sus servicios tras la invasión antrana. A causa de ello, los altos mandos antranos siempre han desconfiado de él y de su familia. Tras una serie de ataques del imperio antrano a distintos poblados, reconoció militar entre las tropas rebeldes.

Karter: Bastante corpulento, pese a su edad, no destaca por su gran intelecto precisamente. Pero lo compensa con su brutal fuerza y resistencia, lo que le ha ganado un puesto en el ejército de infantería pesada y le ha permitido luchar y salir victorioso en numerosas ocasiones.

Trent: Quizá el más débil del grupo de amigos más cercano de Celadias, pero también el más curiososo e inteligente de los tres. Su pasión por los manuscritos le ha permitido estudiar en la biblioteca, rodeado de sabios estudiosos, convirtiéndole en un erudito que, poco a poco, va ascendiendo en el escalafón.

Emperador Garlend: Emperador por derecho de sangre del imperio antrano. Su fama de cruel y autoritario se ha popularizado por algunos de sus territorios, causándole severas revueltas. Su llegada a Arstacia calmó los nervios tras la guerra y consiguió la paz que todos ansiaban. Siempre ha tenido una mano dura contra aquellos que se le oponían.

Hatik: Caballero de confianza del emperador. Le educaron de una manera estricta, lo que consiguió convertirle en caballero cuando aun era bastante joven. Muchos dicen que sus ramas en la nobleza fueron de ayuda para conseguir tal título a tan temprana edad. Siempre he acompañado al emperador para protegerle y servirle en cualquier momento.

Kanos: Antiguo capitán de la desaparecida cuarta división de infantería ligera antrana. Tras su muerte y la de la gran mayoría de sus compañeros, el escuadrón fue renombrado como "Los fantasmas de Kanos" en su honor. Siempre fue un hombre de principios firmes, y la confianza que tenía en Celadias era bien conocida por todos sus soldados.

Barferin: Antigua mano derecha del difunto Kanos y capitán de los fantasmas por elección unánime. Siempre acompañó a Kanos en todas sus batallas y se mantuvo fiel a su mandato, aprendiendo sus tácticas militares y aconsejándole en los momentos más difíciles. Amó en secreto a su capitán y su muerte le causó una gran conmoción, pero el apoyo de Celadias le fue de gran ayuda para poder seguir adelante.

Garlet: Miembro de los fantasmas de Kanos. Desconfiado por naturaleza y precavido, su frialdad siempre ha sido para poder evaluar a la gente que se le acercaba. Poco a poco empezó a reconocer los méritos de Celadias, llegando incluso a regalarle su primera espada.

Sig: Miembro de los fantasmas de Kanos.

Horval: Miembro de los fantasmas de Kanos.

Aldven: Miembro más reciente de los fantasmas de Kanos. Su parecido con Horval fue percibido por todos en su primera aparición.

Ris: Hermana menor de Dert. Una chica dulce y encantadora que esconde su faceta frágil con sonrisas. Al igual que a su hermano, todo el mundo rechazó su presencia en cuanto descubrían su ojo azul, a pesar de que sus visiones solo mostraban acontecimientos que ocurrirían aunque ella no hubiese estado cerca. A pesar del poco contacto que ha tenido con Celadias, ha sido, junto a su hermano, quien mejor la trató en toda su vida, por lo que se ha ido encariñando con él. Su rastro desapareció en el poblado de los alquimistas tras haber sido arrasado e incendiado.

Dert: Hermano mayor de Ris. También con el don de la videncia, ha tenido que entrenarse físicamente para poder proteger a su hermana pequeña de los peligros del mundo. A veces suele tener un caracter bastante severo y duro. Su rastro desapareció en el poblado de los alquimistas tras haber sido arrasado e incendiado.

Los alquimistas

Alquimia es un poblado de alquimistas situado al noroeste de Arstacia. Los alquimistas que viven ahí son sabios provenientes de diversos lugares del imperio antrano que consagran su vida y se dedican únicamente al estudio de la alquimia. Quienes viven ahí renuncian a cualquier tipo de riquezas o placeres. Habitan cabañas de madera que han construido entre ellos.

Los más jóvenes, personas que rondan cerca de los cuarenta años, se encargan de las labores de mantenimiento en la aldea y de las provisiones, como la comida o las pieles. Muchas personas veneran la labor de los alquimistas pues, gracias a ellos, el avance científico ha sido posible a lo largo de los años, descubriendo las propiedades curativas de algunas plantas y conociendo mejor el mundo que les rodea. Es por ello por lo que, en ocasiones, no es extraño que pequeños convoys cargados con provisiones visiten temporalmente la aldea para ayudar en la medida de lo posible. No necesitan protección de nadie, pues hasta los más viles asaltantes saben que muchas de sus heridas fueron curadas gracias al avance que hicieron sus antepasados.

Hay quienes los comparan con monjes religiosos debido a su gran generosidad hacia sus visitantes, pero ellos solo se consideran simples estudiosos que devuelven a los viajeros una porción de todo lo que han recibido a lo largo de la historia.

domingo, 13 de septiembre de 2015

La guerra de Arstacia

Antran era un pequeño imperio ubicado al norte de la frontera de Arstacia, de humildes territorios, aunque con un potencial militar bastante amplio en comparación con su expansión geográfica. Subsistía gracias al comercio y a algunas rutas comerciales que atravesaban el reino vecino. Antaño las relaciones entre el imperio antrano y el reino de Arstacia eran prósperas, hasta se brindaron ayudas económicas entre ambos territorios cuando se encontraban en crisis. Pero poco a poco el panorama se volvió hostil con la desaparición de pequeños convoyes en las rutas comerciales. El primero en desaparecer fue un cargamento de pieles para el invierno que había encargado Antran a Arstacia. El oro encargado por Arstacia llegó a su destino, pero las pieles se perdieron por el camino en territorio arstaciano.

Al principio se consideró un ataque aislado por parte de saqueadores. Pero esos ataques volvieron a suceder en diversas ocasiones, incluso a pesar de la escolta militar para asegurar las mercancías. El emperador Garlend, recién ascendido al trono tras la muerte de su venerado padre, lanzó severas acusaciones al reino de Arstacia, denunciando que los asaltantes de los carromatos no podían ser meros salteadores de caminos. Su argumento se respaldaba en la muerte de los soldados antranos. Las acusaciones se repitieron a lo largo de las semanas, y el inexperto emperador, cediendo a la presión de una crisis política en sus primeros días de mandato, declaró la guerra a Arstacia.

Habían pasado años desde la última guerra, por lo que los soldados veteranos de Arstacia habían colgado ya sus armas y los que estaban alistados aun eran jóvenes sin experiencia confiados en que la guerra sería algo lejano. Fue por ello por lo que el avance de las tropas antranas se hizo posible gracias al estricto entrenamiento de sus soldados y a la inexperiencia de su enemigo. Los terrenos al norte de Arstacia cayeron rápidamente y sin apenas poder defenderse de los inexorables ataques de Antran.

Garlend, por recomendación de su consejo de guerra, comenzó a dividir sus tropas para bordear la capital y aislarla de posibles refuerzos aliados. También consiguió tomar varias ciudades portuarias gracias a las estrategias de quien fue el caballero de confianza de su padre, Arlon. Era un joven talentoso con una mente brillante, diestro en las estrategias militares, lo cual compensaba su carencia de habilidad con la espada.

Poco a poco, el territorio antrano iba expandiendo sus fronteras, aislando Arstacia de todos sus aliados y cortando sus suministros tanto por las rutas navales como por las rutas comerciales terrestres. Cada cargamento de armas que trataba de llegar hasta las murallas de la capital acababa siendo requisado junto a los víveres, y las pieles ardían en mitad del camino en cuanto los soldados antranos detenían los carromatos. Debido al gran avance y a la numerosa ventaja que había conseguido Antran, ni siquiera el reino de Torval se atrevía a plantarle cara, pese a la posibilidad de obligarles a entrar en una guerra a dos bandas, encerrándolos entre dos flancos.

Arstacia comenzó a verse mermada con rapidez. La población pasaba hambre debido a la escasez de suministros, y sus soldados lucían armaduras antiguas, blandiendo espadas desgastadas, por culpa de los soldados antranos que interceptaban el arsenal. La capital no tardó en caer, la guerra no llegó a durar ni un año y el reinado arstaciano desapareció del mapa por completo. Lo único que quedó de Arstacia fue la ciudad, propiedad ahora de Antran, y su identidad, la cual fue desapareciendo lentamente con el paso de los años. Solo unos pocos se consideran arstacianos todavía, y la mayoría se encuentran dentro del ejército rebelde. Durante los primeros años del asentamiento antrano, los conflictos en la ciudad todavía permanecían. Los antranos y los arstacianos se culpaban los unos a los otros del comienzo de la guerra. Los arstacianos decían que nunca se produjo ningún ataque en las rutas comerciales y que los comboyes jamás desaparecieron, mientras que los antranos culpaban a los primeros de que los suministros jamás llegaran a Antran, acusándoles de asesinar a sus soldados dentro de su territorio.

Aquel conflicto duró un par de años hasta que Garlend se asentó en Arstacia y la convirtió en la capital antrana, poniendo fin a las disputas. A día de hoy, nadie sabe todavía a ciencia cierta qué fue lo que pasó al inicio de la guerra. Los civiles dejaron de preocuparse por quién tenía la culpa de aquella guerra y se centraron en vivir sus vidas. La tranquilidad acabó volviendo a capital y al resto del territorio conquistado por parte de Antran. Aunque todavía quedan algunas milicias rebeldes que buscan recuperar las tierras que, según argumentan, les fueron arrebatadas.

viernes, 11 de septiembre de 2015

Bienvenidos al mundo de "El precio de la libertad"

En este blog publicaré información acerca del mundo de "El precio de la libertad", ya sean curiosidades, leyendas, historias, información de las ciudades, los personajes... Todo lo que se me ocurra o todo lo que queráis saber (si me lo pedís, por supuesto) se subirá en este blog para evitar incluir relleno innecesario en la trama principal. De esta forma también tendremos todo más ordenado y mejor distribuido. Aunque penséis que este blog será algo inútil, veréis con las demás entradas que será algo bastante útil e interesante si os gusta la historia de Celadias.

El contenido de esta página se irá actualizando con el tiempo conforme se añadan nuevas entradas o se editen las entradas ya publicadas con información nueva. Así que os recomiendo que estéis al corriente de los cambios que puedan introducirse aquí porque os ayudará a comprender mejor la historia.

Espero que os guste y que disfrutéis de la lectura. Y, lo más importante: Bienvenidos al mundo de "El precio de la libertad".